viernes, 15 de marzo de 2013

Ricardo Fernandez Barrueco


Esta aproximación es lo que se conoce como criterio o modelo de balance. Sin embargo, la diferencias entre las cantidades de N en el suelo y las absorbidas por el cultivo son determinadas por las llamadas eficiencias de absorción, que varían según se considere al N presente en el suelo a la siembra, al N mineralizado durante el cultivo y  al N aportado como fertilizantes.

Diferentes ensayos realizados en la región pampeana indican que para maximizar los rendimientos del cultivo la oferta del suelo debería ser del orden de los 140 a 150kg/ha. Sin embargo, estos rangos de nitrógeno presentan variaciones regionales, definidas por el potencial de rendimiento. Asimismo, en sistemas más intensivos, bajo riego y mayor desarrollo tecnológico los rendimientos potenciales serían mayores y por ello la oferta de nitrógeno para cubrir la demanda del cultivo sería superior, llegando hasta 200 o 250kg/ha.
Esta llamada oferta en realidad es el nitrógeno asimilable (nitratos más amonio) medido por análisis de suelo presente al momento de la siembra más el nitrógeno ofrecido de los fertilizantes, pero no considera al N que se mineraliza durante el ciclo del cultivo. 

CONTINUARA...

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