sábado, 2 de marzo de 2013

Ricardo Fernandez Barrueco


MANEJO DE LA FERTILIZACIÓN FOSFATADA

A diferencia de lo que ocurre con el nitrógeno, al abordar la fertilización fosfatada en maíz hay que considerar que el funcionamiento del fósforo (P) en el sistema suelo-planta es totalmente diferente al del En un establecimiento agropecuario,  la fertilización representa una tecnología más que debe ser integrada dentro del proceso de producción del maíz

Desde el punto de vista del manejo nutricional, el principal aspecto a considerar es su baja movilidad en el suelo lo hace principalmente por difusión y la presencia de retención específica de los fosfatos en las arcillas, cuya magnitud depende de la cantidad y mineralogía de esta fracción. Por otro lado, el pH es un factor que impacta considerablemente sobre la disponibilidad de fósforo. La mayor disponibilidad ocurre con phis entre  5.5 y 6.5, mientras que en valores fuera de este rango su concentración en la solución del suelo se reduce significativamente.   

Las consideraciones previas tienen implicancias muy relevantes en el manejo de la fertilización. Así, la baja movilidad del fósforo (P) permite independizarnos del efecto del clima (lluvias) sobre la dinámica del nutriente en el suelo, con pérdidas por lavado y escorrentía mínimos desde el punto de vista práctico, siempre y cuando no haya erosión hídrica. Esto determina que haya residualita del efecto de la fertilización, es decir que parte del fósforo aplicado queda disponible para próximos cultivos de la rotación.

La determinación de la dosis de fósforo aplicada dependerá principalmente del nivel de disponibilidad y, secundariamente, de otros factores como el potencial de rendimiento, aplicación para otros cultivos de la rotación, colocación en bandas o voleo, fitotoxicidad de la mezcla que contenga el fertilizante fosfatado, etc.

CONTINUARA EN UNA PRÓXIMA ENTREGA....

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